Estuvimos 2 adultos y 3 niños, la verdad es que sabíamos que iba a ser fantástico, el propietario (Jesus) ya por teléfono te transmite amabilidad y confianza, su mujer Covi y su familia todos muy atentos, al llegar es todo tal cual.
Es una familia que tiene el alojamiento como mejor te puedas imaginar, limpio hasta mas no poder y un trato familiar que no olvidaremos nunca.
Los niños se lo pasaron genial con las bicis y el resto de niños que hicieron amistad muy rápido, el resto de clientes fueron estupendos también.
En cuanto a las instalaciones comunes son amplias y agradables, tienen bicis, mesa ping pong, piscina sitio de sobra de aparcamiento, invernadero con huerta, gallinas y terneras los cuales invita a los niños a alimentar todas las mañanas y te responde dudas o temas relacionados con el campo y la naturaleza, Jesus te informa en todo momento si quieres hacer visitas de interés por la zona, Luarca, Cadavedo, Cudillero, Navia o playas como Otur, El Aguilar, El silencio, Las Cuevas, un largo etc de sitios de ensueño. Vistas espectaculares como el Faro de Cabo Busto muy cerca del alojamiento y el primer sitio que nos recomendó Jesús.
Muy recomendable si quieres desconectar de verdad.